
1923
REVISTA PROA NRO 15, DE ENERO 1925
Revista Bimestral de Humanidades Crítica y Polémica "Valoraciones"
junio 1925
BUENOS AIRES, Octubre 17 de 1925
Septiembre 1925
AÑO IINRO 22, BUENOS AIRES, Septimebe 10 de 1925
AÑO IINRO 24, BUENOS AIRES, Octubre 17 de 1925
Diario La Opinión, 10 de mayo de1926
El deseo de un teatro independiente y las primeras manifestaciones
Si bien en mayo de 1925, Sandro Piantanida ya había manifestado la necesidad de la conformación de un teatro de arte, fue el 3 de septiembre de 1926, en el número 33 de Martín Fierro, cuando se anunció la “Fundación del Teatro de Arte” y se lo asoció al “teatro libre”. En esa nota se da cuenta del accionar de la Compañía Renovación, y aunque se dice que su trabajo data de largos años, es la primera vez que se la menciona en este periódico:
La obra que la Compañía Renovación ha venido realizando desde hace varios años, obra meritoria dentro de un medio estéril, ha clarificado su campo de acción con el proyecto desinteresado que realizará en lo que resta de 1926 y en 1927. La Dirección Artística de la Compañía, asesorada por el erudito dominicano, hombre de pensamiento libre, D. Pedro Henríquez Ureña, quiere vincular a los intelectuales, escritores y artistas argentinos en una obra común de emancipación del teatro. Quiere el teatro libre, lejos del mercenario, ambiciona con devolver su hondo y verdadero cauce emocional, desprovisto del lagrimeo y de la dramaticidad afectada. Para hacerlo cuenta, en el momento, con el apoyo de Valoraciones, Martín Fierro y Estudiantina y el patrocinio de la Comis. Prov. de Bellas Artes. En este teatro se dará acogida sincera a las obras de vanguardia de escritores nuevos de la Argentina (¡qué tanta falta hacen!).
Los planes ideados por la Compañía comienzan en Santa Juana de Bernard Shaw, obra que ya está en ensayo, cuyos decorados proyectó Adolfo Travascio y que se dará dentro de poco, en los primeros días de septiembre, en La Plata y en Buenos Aires.
[...] Como se ve, la intención de fundar un teatro de vanguardia cobra forma. La dirección de la Compañía espera la ayuda de los artistas, escritores, especialistas en teatro, traductores, etc., para llevar a cabo una empresa tan ardua como la que se ha propuesto. Martín Fierro se atribuye su representación para hacer un llamado a los que tengan interés en el problema del arte teatral. (Anónimo, 1995a, p. 245)
Edelmira Florez Ortega de Travascio
Tapiz
Adolfo Travascio
LA REVISTA MARTIN FIERROVOLUMEN 35 DE NOVIEMBRE 5 DE 1926


MEMORIA DE LA3ER EXPOSICION COMUNAL DE ARTES APLICADAS E INDUSTRIALES
1927-1928
La Prensa, 5 de enero de 1928
"Los elementos de la decoración en la muestra municipal"
Revista Signo 20/5/1933
El Litoraral , 12/4/2010
El periódico Martín Fierro es
llevado a la tridimensionalidad
Mora Cordeu
Télam
La exposición “El periódico Martín Fierro en las artes y en las letras”, que abre sus puertas al público este martes en el Museo Nacional de Bellas Artes, permite ver cómo operó la vanguardia porteña de esa época y cómo se fue tejiendo un entramado cultural, cuya influencia persiste en el tiempo.
“Creo que lo único que quedaba para hacer con el periódico Martín Fierro (1924-1927) era llevarlo a la tridimensionalidad”, dice Sergio Baur, el curador de la muestra, en una entrevista con Télam. El gran aporte de la revista “fue haberle mostrado a una sociedad que estaba creciendo, en plena ebullición, que existía otro arte, otra forma de hacer crítica literaria a la tradicional”.
Baur desgrana los nombres de jóvenes que recién llegados de distintos viajes por Europa, entre 1922 y 1923, tuvieron un papel preponderante en la configuración de una vanguardia reflejada en la revista como los hermanos Borges (vinculados al ultraísmo), Pettoruti (futurismo), Pablo Curatella Manes y Xul Solar.
A su regreso, esos jóvenes buscaron un espacio en la revista Martín Fierro, iniciativa de un “gran gestor cultural”, Evar Méndez, que luego de sacar la primera, fundó la segunda época. Fueron incentivados también “por la crítica de arte promovida en especial por Alberto Prebisch”.
“Oliverio Girondo hizo el manifiesto de la revista, un texto rupturista que anticipó su carácter de tribuna de vanguardia”, agrega el integrante del Consejo Consultivo del museo.
Canon literario
¿Por qué el nombre de Martín Fierro? “La revista siempre reconoció que dentro de esa vanguardia muy adscripta a los movimientos internacionales tenía que haber elementos de una identidad nacional”, subraya Baur. A partir de su aparición “se va a crear un canon literario que es liderado por Borges y el grupo de Florida, aunque no es químicamente puro ya que hay cruces con el grupo de Boedo. Roberto Arlt escribe para Martín Fierro, hay comentarios de libros de Alvaro Yunque y los hermanos Tuñón alternan entre ambos grupos”.
“La idea curatorial -explica- es hacer de Martín Fierro un objeto museográfico. Es ver qué se desprende de esas páginas y cómo se pueden leer esas páginas a través de objetos que pueden ser exhibidos en una muestra. Para esto resultó ineludible la gran colección del Museo Nacional de Bellas Artes.
“Hay que destacar el apoyo incondicional del equipo técnico del Bellas Artes: la muestra se gestó y se gestionó desde el Museo. El montaje es preciso, renovador y permite visualizar muy bien una época”.
Se expondrán obras de Paul Gauguin, Pablo Picasso, André Lohte, Emile Antoine Bourdelle, Carlo Carrá, Amadeo Modigliani, Marie Laurencin, Diego Rivera, Emilio Pettoruti, Xul Solar, Norah Borges, Pedro Figari, Adolfo Travascio, Valentín Thibon de Libian, Víctor Pizarro, Alfredo Bigatti, entre otros.
“Así como hay grandes protagonistas de la pintura; el objeto, el impreso, la página de la revista, el libro, el volante, la tarjeta de invitación, la documentación que corresponde a la revista, son elementos puestos en la misma jerarquía”, aclara. El visitante entra a la muestra -un espacio único con subdivisiones- a la calle Florida de ese tiempo a través de un filme de los años 20 de José Agustín Ferreyra (La chica de la calle Florida) de un minuto 50 segundos, casi un documental.
Después hay un análisis de cómo la vanguardia argentina se consolida a través de una experiencia muy interesante: el periódico mural Prisma, ejemplares de Proa y antecedentes de la vanguardia española (revistas Cosmópolis, Grecia, Los Quijotes).
Luís Seoane. Una valoración desde el arte argentino
Vol. 10, No. 3, Spring 2013, 255-278
Museo universalista y nacional. El lugar del arte argentino
en las primeras décadas de vida institucional del Museo Nacional de Bellas
Artes de Buenos Aires María Isabel Baldasarre Universidad Nacional de San
Martín/CONICET
María Isabel Baldasarre Universidad Nacional de San
Martín/CONICET
“Sin embargo, los nombres privilegiados eran los mismos que
en ese momento hallamos en la colección del Museo Nacional: entre otros Jorge
Bermúdez, Fernando Fader, Ángel Vena, Alfredo Guido e Italo Botti. Mientras que
el Museo Provincial de Bellas Artes de La Plata, fundado en 1922, recién
asistiría a su proceso de ampliación y renovación patrimonial a partir de la
dirección de Emilio Pettoruti (1930-1932) y en las administraciones
subsiguientes.44 En este sentido, la década de 1930 fue prolífica para el
crecimiento del acervo platense incorporándose obras argentinas de figuraciones
renovadoras (Ramón Gómez Cornet, Xul Solar, Víctor Cúnsolo, Adolfo Travascio,
Antonio Berni) provenientes del Salón del Cincuentenario (1932) y de los
salones municipales que lo continuaron.”
44 Patricia M. Artundo “Crónica de arte y el proyecto de
‘recreación’ del Museo Provincial de Bellas Artes de La Plata”, en María Inés
Saavedra y Patricia M. Artundo, dirs. Leer las artes. Las artes plásticas en
ocho revistas culturales argentinas (1878-1951) (Buenos Aires: Facultad de
Filosofía y Letras-Universidad de Buenos Aires, 2002), 85-99.
La importancia de la obra de Edelmira Flores Ortega y
Adolfo Travascio para los comienzos de la actividad cerámica en nuestro país.
Graciela
Scocco
Me
he referido en otros trabajos a la obra de Adolfo Travascio, artista formado en
La Plata, quien junto a su compañera Edelmira Flores Ortega propulsaron la
creatividad en las artes decorativas y aplicadas en las primeras décadas del
siglo XX. En esta oportunidad quiero destacar la importancia que sus
presentaciones de Arte decorativo han tenido para que se difundan los comienzos
de la actividad cerámica en el país. Estos artistas platenses asistieron a esos
primeros salones presentando textiles, cerámicas, tallas, muebles, diseños para
tapices, alfombras y almohadones y fueron reconocidos con numerosos premios.
Esas participaciones, bien acogidas por la crítica del momento, permitieron que
el público estuviera al tanto de lo que se venía haciendo respecto a las
disciplinas mencionadas.
Adolfo Travascio: Primer premio en cerámicas, Salón de Acuarelistas, año 1919 y 1° premio en muebles, cerámicas y decoración, año 1927
En
los salones anuales de Bellas Artes de la ciudad de Buenos Aires, se
acostumbraba a poner una sección para las artes decorativas, especialmente en
el Salón Nacional de Artes Plásticas a partir de 1911. También apareció esta
apertura en los salones de acuarelistas y grabadores desde la organización de
su primer salón en 1915, estos salones también se realizaban todos los años.
Para 1918, las artes decorativas tuvieron su propio salón, que se realizaba por
lo general a fines del mes de noviembre y se extendía durante el mes de
Diciembre. Estas primeras exhibiciones de lo que se hacía en el país,
produjeron una apertura e interés hacia las artes decorativas en general e
incentivaron la actividad en las artes industriales.
Observamos
la presencia de Edelmira Flores Ortega y de Adolfo Travascio en el primer salón
de arte decorativo de 1918, ambos mostraron interés en el área de las artes
menores desde los inicios de su actividad profesional y esto acontece seis años
antes de que ambos decidieran contraer enlace. El artista, si bien había nacido
en Buenos Aires (1894‐1932), vivió desde temprana edad en La Plata y se formó
en la Escuela de Dibujo del Museo de Ciencias Naturales de esa ciudad a la par
de hacer sus estudios del bachillerato. Se formó junto a Martín Malharro y
Emilio Coutaret en cuanto a dibujo y pintura pero también se dedicó al aprendizaje
del grabado y las artes aplicadas.
En
cuanto a la orientación artística de ambos artistas, comprobamos que fueron
artistas polifacéticos, eclécticos en su producción en el sentido de que ellos
absorbieron y aplicaron en diferentes momentos la riqueza de los conocimientos
del pasado y también las nuevas tendencias, pues estaban vinculados y conocían
lo que se realizaba en Europa en materia de arte. En el caso de la obra
pictórica de Adolfo se revela una participación de la técnica impresionista
heredada de sus maestros y una alianza constructiva vinculada a la obra de
Cézanne, con tendencia hacia la abstracción en algunos casos, que le permitirá
la realización de algunos trabajos muy interesantes y modernos para su época. A
Edelmira se la mencionó en su momento por sus interesantes textiles pero fue
pintora y participó junto a su marido en toda la producción de artes aplicadas
destacándose en la talla. Aquí mostramos algunas de sus obras en pintura.
Edelmira Flores Ortega: Obras realizadas al pastel. Adolfo Travascio, a diferencia de Edelmira, tuvo mayor protagonismo y desarrollo en el ambiente artístico ‐pese a su corta existencia, pues falleció en 1932 a los 38 años de edad‐ una obra considerable que lo ubica entre los artistas más destacados de su ciudad en esa época.
Adolfo
Travascio frente a una de sus pinturas Tarjetas de presentación en su actividad
de artes aplicadas
Adolfo
Travascio: Autorretrato. C.
Carlos Travascio La
canasta, óleo sobre madera, 75 x 75 cm. c. Graciela Badín
Mayólicas
de Edelmira Flores Ortega y Adolfo Travascio
La
meta de ambos fue realizar un arte que incluyera al ser americano, aludiendo a
sus orígenes y destino, sin dejar de lado el estudio de los problemas plásticos
puros. Así propiciaron la jerarquización de esta visión nacional del arte.
Muchos
periódicos de la época apoyaron estas iniciativas en el arte nacional,
enfatizando su ubicación dentro de las artes aplicadas. Tanto Alfredo Guido,
José Gerbino y los ceramistas Adolfo Travascio y Pedro V. Blake, obtuvieron la
atención de la prensa de ese momento, aunque no fueron los únicos que
incursionaron sobre esta poética en la cerámica. De Adolfo Travascio y Pedro V.
Blake, ‐al referirse a una exposición de artes plásticas que ellos organizaron
y promocionaron en la ciudad de La Plata‐, este diario subrayó la ardua
actividad que los comprometía aclarando al respecto que “...los ya mencionados
ceramistas,[...]no cejan en su encomiable empeño de contribuir a la creación de
un arte decorativo puramente nacional inspirados en motivos calchaquíes y otros
autóctonos”. Este comentario nos permite apreciar que la referida poética en
las artes cerámicas adquiría cada vez más seguidores y que además Adolfo
Travascio estaba entre los que encabezaban la orientación hacia lo autóctono.
En otros espacios de periódicos de la época, en la ciudad de La Plata, también
quedaron registrados datos y valoración hacia la obra cerámica de este artista.
La
realización de las cerámicas se hacían en el taller pero no había hornos
cerámicos en La Plata y tenían que llevarlas a hornear a Buenos Aires.
En
otra investigación anterior1
destaco la trayectoria sobre artes
decorativas con influencia prehispánica que realizaron tanto Edelmira como su
hermana Amelia Flores Ortega, quienes habían sido bien conocidas en el ambiente
artístico de la ciudad de La Plata en ese primer cuarto de siglo. Ambas eran
primas hermanas de Emilio Centurión y compartieron con este sus inquietudes e
intereses plásticos. Amelia a su vez tenía una fuerte inclinación por la
música.
En
cuanto a la temática prehispánica esta fue utilizada en dibujos que se
transformaron en registros y documentos del patrimonio americano que se conocía
por entonces, también se incluyeron en composiciones para sus textiles, en
proyectos para almohadones, en cerámicas, tallas, muebles e ilustraciones.
Marcos
M. Blanco les había realizado muy buenas críticas sobre sus exposiciones de
1922 y 1926 que aparecieron en la revista Nosotros. En esas notas
subrayaba la importancia del recurso empleado en “...el arte que sale de sus
manos, mediante la incorporación a este de elementos artísticos indígenas”.
Leemos además, que la última presentación a la cual el crítico había asistido
era “una muestra más de que el arte moderno puede engarzarse y aún esmaltarse o
impregnarse, sin servilismos ni churriguerías, con el arte aborigen o, mejor
dicho, con elementos artísticos aborígenes.”2.
1 Véase Scocco, Graciela: “Un espacio permitido: educación artística
y participación activa de la mujer en las artes decorativas y aplicadas”. En
María Inés Saavedra (dir), Buenos Aires, artes plásticas, artistas y espacio
público 1900-1930. Buenos Aires, Ed. Vestales, p.244.
2 BLANCO,
Marcos M. Exposición de arte Calchaquí. Revista Nosotros,v. 41 N° 157 p.
226-227, junio 1922. También la nota: Lo indígena en nuestro arte. Revista Nosotros,
v. 53. p.101, 102, Buenos Aires 1926.
Ilustramos
con estos pocos ejemplos la gran cantidad de dibujos de Edelmira, que
inventariaban las formas precolombinas de cerámicas del NOA, Andinas y
Mesoamericanas. Muchos de los trabajos están firmados bajo el apodo de Cuca.
Estos dibujos les sirvieron a nuestros artistas para documentarse sobre
estas cerámicas y luego poder realizar las piezas.
Edelmira
fue docente, junto a su marido, en la Academia Provincial de Bellas Artes de
Mariano Montesinos. Ambos se hicieron cargo de la misma cuando ese pintor fue
pensionado por el gobierno de la Provincia para continuar su perfeccionamiento
en Europa. El método de la enseñanza que impartían hacía énfasis en la
observación directa de la naturaleza y agregaron a los cursos de dibujo y
pintura, un curso de artes aplicadas y otro de arte decorativo americano. Más
tarde Travascio y su esposa continuaron con sus enseñanzas en el Chalet Amelita
del Barrio de los Hornos de esa misma ciudad.
Este n Adolfo
fue integrante del movimiento intelectual que tuvo la ciudad de La Plata en los
años veinte, en el grupo Renovación, junto a Pedro Henríquez Ureña, Guillermo
Korn, Luis Aznar, Emilio Pettoruti (1892‐1971), Francisco Vecchioli
(1892‐1945), Felipe H. Bellini (1892‐1936) entre otros, y pensamos que también
debe de haber participado en ese movimiento la señora Flores Ortega.
Mientras
que la actividad de las hermanas Flores Ortega quedó en el olvido, ha
trascendido la pintura y se sigue mencionando la polifacética obra artística de
Adolfo Travascio. En el año 1994, año del centenario de su nacimiento, se
realizó una exposición retrospectiva del artista en el Museo de Bellas Artes de
La Plata.
Es de destacar asimismo la labor desarrollada por Adolfo Travascio y Edelmira en la Comisión Provincial de Bellas Artes y en el museo dependiente de la misma que fuera inaugurado en 1922. Ellos junto con Atilio Boveri (1885‐1949) , amigo y artista platense, intervinieron en la revalorizaron de las artesanías y el arte aplicado, acercando estas manifestaciones artísticas mediante la extensión cultural del museo a toda la sociedad.
Ejemplos de textiles, almohadones, tapices y alfombras
Agradezco
la colaboración recibida de Amelia Travascio de Badín hija del matrimonio de
artistas y de Emilio Travascio, nieto de los mismos.
2 al 7 de octubre de 2023
6tas JORNADAS ESTUDIANTILES DE INVESTIGACION EN DISCIPLINAS
ARTISTICAS Y PROYECTUALES
Malena TanevitchBraziunas - Natacha Valentina Segovia
Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Artes. Instituto de Historia del
Arte Argentino y Americano (IHAAA)
ResumenLa Revista del Ferrocarril Provincial de Buenos
Aires, publicada entre 1926 y 1937, no solo promovió el desarrollo económico
agrícola y ganadero, sino que también incluyó la corriente artística y cultural
del americanismo. A través de su contenido gráfico y secciones dedicadas al
arte y la literatura, la publicación buscaba difundir la identidad autóctona y
promover la integración cultural en Argentina. El director, Adolfo Travascio,
destacado artista platense, infundió sus páginas con motivos prehispánicos, en
convivencia con el art déco y otras tendencias de la época. Exhibía obras de
artistas que exploraban la fusión de la emoción indígena y la técnica europea,
siguiendo la visión propuesta por Ricardo Rojas. Sin embargo, tras la muerte de
Travascio, la impronta americana de la revista desapareció, revelando una nueva
orientación, posiblemente influenciada por las nuevas figuras que asumieron la
dirección y también los intereses cambiantes de la sociedad de la época.
Palabras clave: revista, ferrocarril, americanismo,
Travascio, Rojas.
Documento_completo.TANEVITCH-SEGOVIA.pdf-PDFA.pdf
(unlp.edu.ar)
Bol de cerámica década 1920 - Adolfo Travascio
Pareja de sujeta libros - madera tallada - Edelmira Flores Ortega (QK)
Plato neomaya - madera tallada - Edelmira Flores Ortega (QK)
https://www.march.es/es/madrid/concierto/inauguracion-exposicion-antes-america-fuentes-originarias-cultura-moderna